La historia de Cordelia (que significa “joyas del mar”) está inspirada en una de las muchas leyendas populares que se sumergen en el mar para explicar el origen del encaje y también es el punto de partida de nuestra nueva colección de novias. Una colección refinada y romántica, que apuesta más que nunca por el trabajo artesanal y cuya banda sonora es la hipnótica melodía de los bolillos de madera.
Antiguamente, cuando los hombres salían a pescar, las mujeres pasaban las horas haciendo encajes de bolillos. De sus habilidosos dedos surgió un patrimonio textil que hoy en día aún despierta admiración por su belleza, delicadeza y precisión. Tanto, que la tradición del encaje pervive en varias poblaciones costeras como Arenys de Mar, Camariñas o Burano, reconocidas por crear auténticas joyas del mar con un estilo propio.
Estos antiguos encajes de bolillos también son el pilar de Cordelia y el mar, una colección en la que predominan las siluetas vaporosas y etéreas. Tejidos ligeros como la gasa, la muselina, la bambula y el plumetti se han convertido en el lienzo perfecto para incrustar sutilmente los encajes de bolillo, verdaderas “joyas del mar”: mientras en algunos diseños se busca un efecto lencero, en otros ribetean unos volantes. En esta colección, también se ha trabajado mucho el bordado y los plisados soleil, ambos realizados artesanalmente. Como explica Nina Balmes, diseñadora de L'Arca, esta colección rinde “un homenaje a las manos de todas aquellas mujeres que con la misma soltura pasaron de reparar redes de pesca a hacer bolillos”. Cordelia y el mar también es un ejercicio de alta artesanía, una suma de pasión y oficio que impregna todos los vestidos de novia que salen de nuestro atelier de Barcelona, situado a dos pasos del mar.
“El sol dibujado en el horizonte y el mar ligeramente ondulado por la brisa del alba. En la arena, una muchacha contempla a su prometido alejarse en una barca. Mar adentro le envuelve el canto de una sirena. Una melodía tentadora, pero el joven pescador sólo piensa en Cordelia. Ante aquella muestra de amor, la sirena golpea el agua con su cola y el estallido de espuma se convierte en un precioso velo de novia. Al anochecer, el joven pescador regresa y le entrega a su amada aquel maravilloso encaje, una joya surgida del mar y que simboliza la fuerza de su unión”.
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