Cuando vi la boda de Brya y Rupert supe que tenía que volver a compartir bodas de nuevo con vosotros. A pesar de que os lo había prometido, la idea, por varios motivos que me hicieron desisitir, no terminó de cuajar. Pero os aseguro que lo que viene os compensará... ¡y mucho!
Brya y Rupert me transmitieron lo que hacía tiempo no encontraba: alegría y buen rollo a través de una pantalla. Las ganas de una fiesta divertida con familia y amigos para celebrar su amor, lejos de encorsetamientos propios de estos eventos: la libertad de ser quien quieres ser siempre. Así que me puse en contacto con Cameron, el fotógrafo, y obtener su permiso para compartir con vosotros fue una dosis de alegría.
Los tonos elegidos para la boda, desde mi punto de vista, son perfectos para inaugurar la temporada otoño del blog que vendrá con más bodas, pues está bastante presente la paleta cromática de esta estación.
Creo que esta boda es un total acierto en todo lo referente a decoración, así como a los looks de los novios, con ese toque como si estuvieras en una fiesta de los años 20. con ese toque tan dramático y el espíritu festivo de aquellos años ¡Que corra el champán por Brya y Rupert!
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