Restyling vintage o cómo casarte con el vestido de tu abuela

By Ana - 20.1.21

Primero toma nota de los tips de Laura Escribano para detectar si una prenda vintage es una auténtica joya:

1. Tejidos y costura: Cuanto más minuciosa es la confección, más valiosa es la prenda. "Me encanta cuando me encuentro con un remate que no he visto en mi vida, nos ha pasado en el atelier, o ver una forma de cerrar una chaqueta que no he visto nunca. Este tipo de elementos nos confirman que estamos ante una prenda muy pensada y a la que le han dado muchos giros. Por lo tanto, una joya vintage", explica la creadora madrileña.

2. El valor textil y del patronaje: Escoge aquellas prendas que sean lo más fidedignas posibles a la década en la que se crearon. Busca la pureza en el patronaje y en el diseño. "Si el tejido está en buenas condiciones como para restaurar, puedes traer la pieza al atelier para que nosotras hagamos nuestra magia", aclara Escribano.

3. El ojo va ganando con la experiencia: Las prendas vintage, aunque se intenten seleccionar en el mejor estado posible, suelen estar llenas de suciedad. Hay que tener en cuenta que al lavar y tratar estos tejidos, los colores se pueden ver alterados, esto ocurre porque las prendas tienen capas y capas de porquería y polvo. "En muchas ocasiones no sabes la joya que hay debado de toda esa suciedad", puntualiza.

4. Los tejidos para novia son más fáciles de detectar porque no llevan ningún tipo de tinte, son blanco o crudos.

¿En qué consiste el servicio de restyling vintage que ofrece el atelier madrileño?

1. Traer a la actualidad una historia pasada. Con más motivo aún si se trata de una prenda con trascendencia que une una generación con otra.

2. Recuperar parte del tejido con lo que el compromiso con la sostenibilidad se mantiene intacto y cobra aún más significado.

3. Confección y costura a medida ya que son prendas que hay que deshacer para volver a construir una prenda totalmente nueva para esa clienta que lo solicita. La única diferencia que hay con el servicio a medida es que la clienta aporta el tejido en su mayor parte, además se empieza a trabajar desde un estilo determinado que es el que determina la propia prenda.

4. Rediseñar el vestido o la prenda a la actualidad, adaptarlo al estilo de la persona.













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