Rialto Beach, un precioso lugar de del estado de Washington, fue el escenario elegido por Lindsay y Marc. En una boda en la que sólo estaban presentes ellos y el mar, se prometieron amor eterno, en un ceremonia decorada por ellos mismos.

La novia eligió un look bohemio, con ondas surferas en el pelo y corona de flores. Y se protegió del fresco con una cazadora de pelo.

Esta colección cápsula titulada “Francesca´s Angel” nace en un momento de búsqueda. Belén Barbero toma como punto de partida la obra de Francesca Woodman para reflexionar e indagar sobre su propia esencia, la de sus piezas, y la fugacidad de las mismas. La dualidad ausencia/presencia en la obra de la fotógrafa americana se traduce en el binomio ocultar/mostrar tan presente en los diseños de la firma.

Con una mayor carga de sensualidad que en anteriores ocasiones, la colección se compone de siete piezas que reivindican una mirada femenina e íntima que toma conciencia de su cuerpo, busca su yo más íntimo y se debate entre la delicadeza y la fuerza inherentes al universo femenino y al imaginario de la diseñadora.

Belén Barbero siempre ha defendido que el concepto de identidad es central en el universo nupcial, siendo esto lo que otorga un aura especial a sus creaciones.

“La mujer en busca de su vestido de novia debe primero encontrarse a sí misma, para después decidir lo que desea mostrar, sugerir y ocultar, tanto física como emocionalmente. De este modo, a través de tejidos y materiales creamos el vestido que será al fin y al cabo un símbolo de su esencia y de sus sueños”. Belén Barbero

Mas Can Batlle fue el lugar elegido para celebrar su unión. Un entorno rural precioso, en la zona de La Garrotxa. Allí disfrutaron de tres días de fiesta, no sólo del día de la boda, donde tuvieron tiempo para un picnic con comida del chef Juan Pablo Santollo e incluso karaoke.

Para la cena se decidieron por un cóctel, servido por L'esclusivitá Catering, con una cena corta y un baile largo. En cuanto a la decoración floral de las mesas, corrió a cargo de Oh Fleurs! también, decantándose por caminos de hiedra, esparraguera y helecho. En cada mesa había tres centros, compuestos por rosa vuvuzela de color salmón, eryngium gris azulado, frutos oscuros, dalia en rosa palo y hortensia preservada esprayada en cobre, que se intercalaban con velas blancas y doradas hechas a mano por la empresa de la novia.