Una pareja joven, actual con alma bohemia, que se abre camino hacia una vida nueva entre árboles quemados y un espacio casi desértico.

Deciden que es el espacio adecuado para sellar su unión, porque como el espacio ellos también renacen y se hacen más fuerte frente a las adversidades de la vida. Quieren darle vida a esos restos abandonados que un día hicieron de ese lugar un espacio frondoso con mucha vida.

Una boda realizada con los elementos que el espacio ofrece. Un altar confeccionado con los árboles secos y quemados, la mesa hecha con piedras arenosas del lugar, como testigo solo tienen el aire de poniente que mece su pelo y los acompaña en sus movimientos. Quieren respirar libertad, sin prisas ni formalidades, ser naturales, sin testigos. Solos ellos y el amor a poniente.