Seweryn vivía en Inglaterra y trabajaba en un hotel. En mi segundo año de carrera quise irme a aprender inglés y contraté una empresa que me llevó justo hasta el hotel donde él trabajaba. El verano acabó y yo tuve que volver a terminar mis estudios. Ese año estuvimos yendo y viniendo. Finalmente cuando aprobé todos mis exámenes me fui a vivir allí con él dos años. Cuando ya sentí que tenía que volver, que ya no aprendía más inglés y que aquel no era mi lugar, se lo hice saber, y Seweryn sin dudarlo, me siguió hasta aquí, a pesar de no hablar castellano. Gracias a mis padres que nos acogieron y ayudaron mucho, diez años después nos hemos casado.

La pedida fue en Tailandia. Fuimos a una isla paradisíaca y un día me llevó a ver una puesta de sol. En la playa me pidió matrimonio, pero esto no acabó aquí. Había hablado con la gerente del hotel donde estábamos y había preparado todo. Nos vinieron a buscar y nos llevaron a un restaurante precioso. Fue maravilloso.