La boda de Bri y Gem fue una auténtica slow wedding, de las que tan de moda están últimamente. Un día para disfrutar con sus seres queridos, de manera relajada, y celebrar el amor que esta preciosa pareja se profesa. 

El lugar elegido no podía ser más bonito, con el precioso edificio principal, una casona de estilo colonial y la estupenda finca privada que la rodea donde poder celebrar la boda al aire libre aprovechando el buen tiempo. No se necesita mucha decoración, mejor aprovechar los recursos de la naturaleza.

Las novias estuvieron ambas guapísimas, con vestidos sencillos, cada una en su estilo.