No me imaginaba que iba a tener tanto éxito el post que hice sobre los vestidos de novia de Downton Abbey (aquí), así que hoy os traigo los vestidos que salieron en otra serie que marcó época: Sexo en Nueva York y en las dos películas posteriores que se rodaron. Espero os guste tanto como el anterior ¡o más!

La dulce y romántica Charlotte York soñaba con el amor para toda la vida junto a un hombre, cuanto menos, igual de perfecto que ella. La vida parecía habérselo puesto delante cuando conoció a su primer marido un adinerado médico de ascendencia escocesa: Trey MacDougal. Rápidamente se casaron en una ceremonia en la que Charlotte lució un diseño de Vera Wang palabra de honor y falda abullonada y velo largo. Era la princesa que siempre soñó ser. Pero, lamentablemente su cuento de hadas no duró mucho y se divorció de Trey. Ahí fue cuando conoció al que sería el amor de su vida, el imperfecto abogado judío Harry Goldenblatt. Tras luchar por convertirse al judaísmo para poder casarse con él, su sueño se convirtió en realidad y para su gran día lució un elegante diseño de Badgley Mischka y velo corto. Sin duda este segundo vestido era mucho más bonito que el primero, en mi opinión.

MIRANDA HOBBES

Miranda era muy independiente y parecía tener claro que no quería pareja estable ni hijos, pero todo eso cambió tras conocer a Steve y tras varias idas y venidas, ella le pidió matrimonio y su boda se celebró en un jardincito público de la ciudad de manera muy íntima. Eso si que no podía ser de otra manera, los convencionalismos y las tradiciones tenían que quedar aparcados. Y esto también se aplicaba a su look nupcial, un traje de chaqueta granate de terciopelo.

CARRIE BRADSHAW

Dos veces se viste la protagonista de la serie de novia. La primera de ellas con un espectacular diseño de Vivienne Westwood muy voluminoso, en el que destacaba un tocado de plumas turquesa y velo. Era el vestido esperado por todos los fans del estilo de Carrie, pero aquella boda de ensueño en la Biblioteca de Nueva York no llegó a celebrarse. La que si se celebró fue la segunda, en la intimidad del Ayuntamiento de Nueva York, con traje chaqueta reciclado, sencillo, que nada tenía que ver con lo que se esperaba de ella y que sorprendió a todos.